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¿Sopa de Wuhan?

El pasado lunes a las 22hs (España) leí los cuatro primeros textos de Sopa de Wuhan en el Live de mi perfil de Instagram (@ivysol). Pretendo poco a poco instalar un círculo de lectura. La otra vez leí un cuento que fue el resultado natural de un sueño en cuarentena. Con eso, invite a amigues a que me manden sus sueños de cuarentena para hacer más cuentos (en construcción). Con estas acciones pretendo abrir el círculo, expandirlo. Pienso en exponencialidad, -pretendo-. Por eso, fuerzo la inercia para generar el hábito de los lunes y les invito.



Sopa de Wuhan es una compilación de artículos de filósofes contemporáneos en época de COVID-19, realizado por Pablo Amadeo bajo la editorial ASPO (Aislamiento Social Preventivo Obligatorio). Con un googleo rápido, se entera una de que YA hay todo un debate alrededor de dicha compilación, particularmente por el "diseño y el título" elegidos, por parte de distintos colectivos asiático-descendientes de España, marcando de "ultraderechista" y de intentos de "reduccionismos" a Amadeo.


Muches lectores simplemente nos alegramos con la publicación de Sopa... porque aunaba nuestros esfuerzos de búsqueda, que en tiempos de ultratoxicidad informática se agradece -por mi parte, tomo tantos recaudos con Internet como con el COVID-19, y reduzco el tiempo de cibernautismo al mínimo-; y porque reconocimos a les autores que nos han interpelado anteriormente.


Leer las críticas a un compilador (no ya a un libro) es curioso, pero la época que nos habita da para todo, porque es iterable (y eso es lo bueno). Y nos guste o no estamos en pleno aprendizaje cómo convivir con esa idea de iterabilidad holográmica. Todo se mueve y nada ni nadie está en un lugar definido y definitivo (de ningún color político, ni la víctima ni el victimario).

"Ante un período tan sensible", grita el Comunicado, pero el tiempo no es sensible, ni insensible, ni curioso, ni hostil. Somos nosotres les que nos sensibilizamos más o menos con los temas, más o menos en el tiempo, más o menos con cómo nos sentimos interpelades por nuestros consumos (cognitivos, discursivos, etc.). Somos nosotres los que quedamos en jaque, no ya por la otredad, sino por algo que parece ser más grande que ese otre igual de diminute que yo, que nos impulsa a pensar en la propia vulnerabilidad, en la propia herida. ¿Qué será?


A la vez, hay que empezar a ser "co-responsables" por lo que somos como seres y como humanidad (el virus es de todes). Y esa nueva responsabilidad debe reformularse y no quedar en pequeños dedos índices acusatorios, que buscan reprimir las acciones de otres creyendo que así podrán disminuir su sentimiento de vulnerabilidad, pero no. Porque ese es el círculo vicioso y falaz víctima-victimario del pasado Siglo XX, y esta era exige algo nuevo ¿Qué será?


Hay que aceptarlo y hay que aceptarlo públicamente (organismos y personas): nos sentimos vulnerables a toda hora. Hay que empezar a decirlo en vez de estar tirándonos mierda entre nosotres "les nadies". Pero en vez de mostrar esta vulnerabilidad a flor de piel -que sería humanizarnos y acercarnos hacia una co-responsabilidad-, lo primero que seguimos haciendo es levantar la voz (el dedo) para acusar. Esto es la antirreflexión misma, el antidebate.


Me sumerjo en las críticas a la edición de Sopa que habla de que el debate no es así, sino asa...de reduccionismos...de peligrosidad...y concluye con la incitación a "cambiar el título y la portada" al editor. Entonces me pregunto sobre los confines de la censura o sobre la construcciónd el lenguaje ¿Por qué se nos ubica a les lectores como meres deglutidores de información, sin psiquis crítica capaz de hacer ese tamiz por nosotres mismes? ¿Porque pensáis que aún necesitamos de organizaciones decodificadores de la realidad, que nos digan cómo pensar las palabras? ¿Porque creéis que no podemos leer la peligrosidad por nosotres mismes? Me irrita que me piensen así desde las organizaciones...


La autodeterminación congitiva no es soberanía de nadie, ni de los fascistas ni de los antifascistas ni de nadie. ¿Por qué no confiar en el proceso mismo del debate y dejar al lector que saque sus propias conclusiones, y en vez de eso se pide al editor que cambie el título, se intenta reprimir el flujo de debate, de ideas?


Pocas o poco profundas son las reflexiones sobre la honestidad de quiénes somos debajo de nuestro dolor acusatorio o sobre la catársis y baño de humildad que podría merecer el tiempo de cambio que todes queremos, o de lo que significa humanizarse ¿Qué significa humanizarse?


Se habla de lo mal que se la pasa estando enfermo, en situaciones degradantes de nuestras virtudes burguesas corroídas, o de los Estados o de la guerra comercial, se habla de números, se habla con justicia de situaciones de vulnerabilidad; pero nadie se atreve a hablar de lo vulnerable en sí mismo. En otras palabras, del Ser. De quiénes somos bajo las capaz politizadas y organizadas, quiénes somos en el caos, de qué reflexionamos en nuestras reflexiones, de qué contradicciones tenemos en nuestros silencios, o si seguimos en el intento por silenciar el silencio obligatorio. Preciado habla de amor y es lo más cerca a la subversión que he leído.


Yo por lo pronto me entrego a amar lo simple, al Ser, y soy una pecadora, infractora de la humildad desde toda la vida porque nací en Buenos Aires, gran urbe de demencia civil. Y me pregunto qué es el Ser, cada día, a cada hora. Y me lleno de ira cuando me informo y me limpio, porque estoy llena de contradicciones, pero también de amor, y entonces me resguardo por un momento.


Me oxigeno. Me quiero ir a vivir al campo. La ciudad está agotada. La luz brilla demasiado. La sombra es gigantezca. La ilusión se agota como el oxígeno puro y sólo queda la denuncia en el mundo, los dedos índices firmes, las carnes flojas, pero eso es lo que (de nuevo) nadie está diciendo: ese es el miedo de no tener idea de nada, de la incertidumbre que no queremos asumir, esta vez no sabemos ni siquiera dónde está alojando el poder de turno porque está en disputa. Y nos aterra. Hablemos de miedo. Hablemos de amor. Hablemos del Ser. Reflexionemos y dejemos al silencio habitarnos, en vez de estar haciendo corroer la política, que cuando más que nunca debería significar plantar huertos estamos creando debates inertes en Internet, juntando firmas para hacer demagogias digitales en "contra de". Y cuando dicen "echan la culpa" lo que hacen es echar la culpa, pero que en verdad quieren decir "tengo miedo". Hay que decirlo, estamos muertes de miedo, eso es lo que hay que gritar. Y por eso, yo que soy nadie sin representación organizativa de ningún tipo y firmo con mi nombre y leo con mi cara en Instagram hago un círculo de lectura para que gire, e invito a hablar y leer y debatir cada lunes a las 22hs. Eso es lo que por ahora puedo hacer desde mi ignoto lugar de encierro con mi herramienta de Internet -por ahora- al alcance.


PDF de Sopa deWuhan:

https://drive.google.com/file/d/1bpWWb7X4CRi-VFyMIeQhtNEslFneKmqk/view?usp=sharing


Comunicado para ASPO y Amadeo:

https://sites.google.com/view/comunicadosopadewuhan/comunicado?authuser=0

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