Evidentemente hay infinitas maneras de escribir, tantas como personas. Pero si aún no encuentras tu forma quizás esta nota te ayude a comenzar.
Personalmente, el comienzo es lo que más me cuesta. Romper la hoja en blanco es lo más dificultoso, -quizás por ese exceso de libertad o el “todo es posible aún” que ofrece el vacío-, y entonces no comienzo a escribir hasta no tener una idea clara. Como sea, he adquirido algunas herramientas, sobre todo en la escritura para la pantalla, que considero muy útiles.
Hay varias formas para comenzar una película, pero una muy simple es siguiendo este orden: SINOPSIS, ESCALETA, GUION (dialogado).
Es decir, primero formar la estructura y luego ir engordando nuestros escritos hacia los diálogos.
¿Qué es la sinopsis técnica?
La sinopsis que yo llamo técnica (para diferenciarla de la sinopsis de venta, esa que encontramos que cualquier blog posteriormente al estreno de la película) es una narración de lo que pasa. Un texto en tiempo verbal presente simple, lo contamos a la vez que pasa. Una, dos o tres hojas de los acontecimientos. Por ejemplo, se escribiría así: “María le cuenta a John el secreto de su madre”. Narramos acciones.
Esta forma de escribir nos acercará a la estructura de nuestra película: la escaleta. Luego, una vez avancemos hacia el guion con diálogos, si necesitamos volver sobre nuestros pasos para cambiar la estructura (es probable que precisemos cambiar la estructura más de una vez), tendremos un documento exclusivamente de la estructura. O bien la sinopsis, o bien la escaleta. Serán nuestras guías.
¿Qué no es la sinopsis técnica?
No es un guion, son los acontecimientos del guion. No se explican las razones de los protagonistas, ni se profundiza demasiado en las emociones, ni se describe la imagen, ni se escriben diálogos, ni siquiera es lo que vemos (no aún, esto será en el guion). Es lo que pasa. Pero es evidente que mientras escribas vas a ver imágenes y se te van a colar en tu sinopsis. Por eso, cuando estés escribiendo la sinopsis técnica y comiences a meterte demasiado en las descripciones de cómo María le cuenta a John el secreto de su madre, intenta ponerlo en una hoja aparte porque es información valiosa y puede que sea una escena futura. Aún así es mejor que no esté en la sinopsis. De igual modo, si se te viene un diálogo a la cabeza. Eso pasa a menudo. Trata de tener un documento donde puedas volcar esas ideas y detalles visuales aparte de tu sinopsis técnica, para que allí sólo quede la estructura de acontecimientos.
Consejo 1: Escribir la película completa.
En el libro “Escribir cine: Guía práctica para guionistas de la famosa escuela de escritores de Nueva York”, editado por Alexandre Steele, indica la importancia de que cada vez que nos sentamos a escribir nuestra historia, lo hagamos de un tirón, de principio a fin. (No le digan a nadie pero este punto aún no lo puedo llevar a cabo cada vez). De este modo, evitaremos la arlequinada que suele ocurrir en las re-escrituras y las ideas que aplicamos al inicio, serán lógicas con nuestros descenlaces. Nos hace pensar de manera global en la historia, como un todo.
Haz la prueba. Escribe un párrafo con tres actos. Un personaje con un problema, que encuentra o no solución. Listo, ahí tienes una película. Quizás no sea muy buena, la próxima lo harás mejor. Y así, y así... La clave es ser constante.
Consejo 2: Escribe "mal"
Lo mejor es soltar la presión de querer escribir la mejor película de tu vida. Eso afloja mucho el puño, nos permite el "error". Piensa que de muchas malas ideas o trilladas han salido grandes obras (por ejemplo, el hijo renegado que termina siendo mesías...ejem, Star Wars ¿Cuántas películas hablan de este drama?). Permítetelo. Si se te viene a la cabeza algo cliché, escríbelo. Probablemente ese sea el camino mas corto, a comparación de evitarlo y querer ser original. Así, atravesamos lo que llamo una "espuma de cerveza". Una vez nos sumergimos, empezamos a escribir mejor, o con ideas más creativas u originales, o podemos darle una vuelta a esa idea cliché originaria. Llegamos a la cerveza... Pero todo empieza permitiéndose pasar por la espuma (y hasta aguantarse la vergüenza de esas líneas escritas que no le mostrarías ni a tu madre).
Consejo 3: Reescribir y engordar.
Está bueno dejar estacionar un poco para tomar perspectiva de tu historia. A veces nos metemos tan adentro que todo comienza a fusionarse y se pierden cosas. Cuando notes esto, dale un respiro. No te preocupes, en general, cuando lo retomes, el espíritu de tu obra seguirá ahí si es algo valioso. Y decantará todo el ruido que no te es útil. Podrás ver mejor lo importante para borrar o engordar la historia con los detalles que realmente te sirven.
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